Uno de los más grandes pianistas nacionales, figura señera en las vanguardias de comienzos del siglo XX y fundador del mítico “grupo de los Diez”. Su presencia intelectual y musical en nuestro país se ve truncada cuando le es ofrecido ser profesor titular en el Conservatorio de Toronto, donde desarrollará una labor pedagógica notable (su más conocido alumnos será Glenn Gould). Su catálogo como compositor es muy pequeño, destacando la canción “To Maud Allan” como la única obra vocal de él que se ha preservado.

Compuesta en 1916 en Nueva York, durante una gira de conciertos y de actividades artísticas, evidencia su conocimiento de la vanguardia musical europea en una intensa línea melódica sostenida por una cromática armonía y lejano sentido tonal, describiendo tanto la angustia de la narrativa como la biografía misma de la artista que da nombre al poema. El texto, contemporáneo a García Guerrero, es del norteamericano Witter Bynner, y la partitura será publicada en el Segundo Número de la Revista “Los Diez”