Uno de los compositores italianos más importantes que visitaron nuestro país fue Domenico Brescia. Si bien su estadía en nuestro país fue breve, tuvo cierta trascendencia ya que ocupó la subdirección del Conservatorio Nacional de Música (1900–1904) y efectuó en 1900 el primer estreno en Chile de una ópera europea con su “Salinara”, además de editar algunas de sus composiciones. Luego emprenderá similares labores compositivas e institucionales en Ecuador y, finalmente, en Estados Unidos, donde seguidamente residirá y morirá.

De fines de siglo XIX es su Opus 5, dos canciones para mezzosoprano que no parecieran tener un interés unitario o evidente relación entre ellas, salvo una predilección por la línea ascendente gradual para resaltar el clímax de la emoción. Sin duda que la de mayor interés en el ámbito nacional es la primera, “¡Cuánto tarda!”, por el atractivo uso del castellano sobre un poema debido a un jovencísimo Diego Dublé Urrutia (1877–1967, Premio Nacional de Literatura de 1958), texto que originalmente se titulaba “Gabriela”, que aparece fechado en 1900, quizá incluso después de su utilización en la partitura de Brescia.

La composición respeta el trabajo estrófico y plantea una melodía acompañada de gran atractivo, amplios intervalos y progresiones, uso de glissando para expresar el dibujo de un sollozo o pena, tan querido al estilo vocal verista, con una atmósfera que transita desde la duda e introspección al gran declamado, apoyado por un certero trabajo rítmico y armónico, que es siempre notable en la joven generación italiana cercana al cambio de siglo. La segunda canción, “Sotto le piante”, es más convencional pero no por eso menos lograda: el diseño melódico es cercano a la canción de salón de un Tosti o Denza, con un simple pero efectivo trabajo de contrapunto que se comienza desde el inicio en la mano izquierda. El texto es de Heinrich Heine, originalmente llamado “Ich wandelte unter den Bäumen”, contenido en una colección llamada Jungen Leiden (1817-1821).