Federico Guzmán

(1827 – 1885)

Una de las figuras más interesantes y prolíficas de nuestra música nacional en el siglo XIX y representante pleno del Romanticismo decimonónico, Federico Guzmán nace en el seno de una destacada familia que se desempeñaba profesionalmente en la música en distintas áreas, como la enseñanza, interpretación, edición musical, y es en ese entorno que realizará su formación, destacando una carrera que se inicia públicamente desde 1852 hasta su muerte. Pianista sobresaliente, recibirá la atención de Louis Moreau Gottschalk en su paso por Chile en 1866, quien lo impulsará a completar sus estudios e iniciar su carrera internacional. Guzmán, junto a su esposa Margarita Vache, también destacada pianista, comenzará en 1867 una incesante vida de casi veinte años de gira musical que lo llevará a alternar su paso por Chile con largos viajes y residencia en Perú (donde primeramente muestra la plenitud en todas sus facetas musicales), Brasil, Uruguay, Argentina, Estados Unidos, Portugal, España, Inglaterra y sobre todo Francia, donde toma contacto con connotadas figuras del ambiente cultural y se perfecciona en el piano y la composición. Toda su actividad será seguida con entusiasmo por la prensa chilena, que con evidente orgullo va publicando cada suceso de su carrera. A lo largo de toda su vida artística Guzmán destacará en diversas áreas: editará sus composiciones (especialmente en Chile, Brasil y Francia, tomando contacto con importantes editores, como la casa Schott), participará de la vida de conciertos locales, tanto públicos como en tertulias privadas, recibirá aplausos y elogios de la crítica, apoyará agrupaciones de difusión musical, será pianista acompañante en conciertos de connotadas figuras de la ópera, dirigirá orquestas y realizará docencia.

Como compositor se destaca su obra para piano, y un catálogo de composiciones, el más nutrido y extenso de un compositor chileno del siglo XIX, abarcando desde piezas de circunstancia y ligadas a la moda popular a obras de ambición creativa ligada a las corrientes musicales europeas. Su filiación francesa es innegable, muchas veces recurriendo a escribir su nombre como «Fréderic Guzman», haciendo patente su segunda figura de admiración como fue la de Fréderic Chopin. Fallecerá en París a los 49 años.

El repertorio vocal de Federico Guzmán es significativamente menor en comparación con su vasta obra pianística, su instrumento personal y de desarrollo profesional. Sin embargo, la estadía en Lima entre 1871 y 1879 será notoria por la presencia de títulos vocales: el dueto «Rappelle-toi», la mélodie «Adieu!» (ambas con texto de Alfred de Musset), «Soupir», «Playera», «Berceuse» (con texto de Rafael de Zayas Enríquez) y el vals cantado «Repetto» (texto anónimo). Esta novedad en su repertorio puede deberse a su inserción en los salones limeños, a su actividad como pianista acompañante de cantantes líricos y ciertamente la idea de internacionalización de su carrera y la futura residencia en París, lugar en el que la escritura de canciones era fundamental en el quehacer compositivo y en la industria musical.

  • Adieu!
    Compositor: Federico Guzmán
    Texto: Alfred de Musset
    Cantante: Santiago Peralta, tenor
    Pianista: Andrés Silva
  • Rapelle-Toi
    Compositor: Federico Guzmán
    Texto: Alfred de Musset
    Cantante: Alejandra Pérez, soprano – Andrea Manque, mezzo-soprano
    Pianista: Andrés Silva
  • Vals Repetto
    Compositor: Federico Guzmán
    Texto:
    Cantante: Claudia González-Serrano, soprano
    Pianista: Yudalis Perdomo