«La engañosa» Op. 69

Fue publicada por la Casa Brandt y dedicada a la «estudiantina porteña». Sin duda que podemos ver (y oír) en «La engañosa» una obra que bebe del repertorio popular, de la oralidad, más que de la necesidad de creación personal, por su carácter inmediato, el agudo registro del canto (que se puede emparentar con la célebre zamacueca de White) que bien serviría para un canto que sobresaldría sobre el bullangero entorno y el ruido propio de un baile colectivo. Tiene dos estrofas, con acompañamiento de piano que en su arpegiado emula el arpa popular, y una línea melódica que, en su penúltimo compás, da opción a un remate a dos voces. Nosotros, por la naturaleza propia de nuestro proyecto de Canción de Arte solista, hemos optado por una sola voz, con un final para la primera estrofa y el segundo, más agudo, para la segunda, a la manera de oppure tradicional.